El gusto de los bebes

Dulce, salado, agrio, acido, los sabores no le son ajenos a tu bebe
El primer sabor que prueba un recién nacido es la leche, comienza a succionar y el ritmo cardiaco se va acompasando y su carita se va relajando. El sabor dulce de la leche y el contacto con la madre le hace que este contento.
La lactancia materna o con biberón es un gran placer para los recién nacidos. La leche materna con su dulzura natural y gran valor nutritivo es la conveniente, pero la combinación de ambas hará que el bebé crezca y se desarrolle.
Al comienzo
El bebé aprende a sentir placer mucho antes de nacer al desarrollar el gusto. Las papilas gustativas comienzan a desarrollarse a las ocho semanas de la concepción. Las papilas se comunican con el sistema nervioso a las trece semanas. Esa comunicación es el inicio del sabor.
De las 4.500 papilas gustativas que tiene el bebé, tras el nacimiento ya empieza a utilizar algunas, en una conexión entre lo que aprendió antes del parto y los sabores que ahora degusta. El recién nacido ya nota que el sabor de la leche materna ya estaba en el líquido amniótico por lo que le resulta familiar.
Ya conoce el dulce
A partir del sabor y tras el parto el recién nacido ya puede distinguir la diferencia entre diferentes tipos de azucares y las distintas concentraciones de él. Ya conoce el dulce pero también puede ya distinguir otros sabores como amargo y agrio.
El bebé ya distingue los sabores amargos y agrios, y lo demuestra sacando la lengua, arrugando la nariz y algunas veces puede llorar o enfadarse. Es la forma que tiene de avisar de alguna posible sustancia tóxica lo que hace que tú compruebes el estado del alimento. Siempre prefieren el dulce.
No conoce lo salado
Los primeros meses no conoce el sabor salado, es alrededor de los cuatro meses cuando sus células gustativas distinguen las proteínas del sodio.
La percepción del sabor es innata en los bebés, pronto aprenderán sobre lo que es comestible o no, a través de sus padres o de su experiencia con los distintos sabores.
Se siente bien con el dulce
Los bebés sienten sensaciones agradables con los sabores dulce, incluso cuando se es adulto los sabores dulces dan sensaciones placenteras. El consumo de alimentos dulce hace sentirse bien. Los receptores bucales del dulce están conectados con partes del cerebro que controlan la liberación de endorfinas que bloquean el dolor y provocan placer.
Los alimentos dulces dan mucha energía al bebé ya que en los cuatro primeros meses el bebé suele doblar el peso y las calorías extras que contiene el azúcar le ayudan en su desarrollo y logrando así un gran bienestar.
Los alimentos que contienen azúcar, calman los lloros y ayudan en la coordinación buco- manual. Los sabores dulces le animan a chupar y ello le calma. Pronto descubre que chapándose las manos o un chupete se tranquiliza.
Para calmar al bebé no debe acostumbrarse a darle el chupete untado en miel o azúcar, ya que más tarde se pueden crear malos hábitos en su alimentación y puede tener riesgo de padecer caries dentales.
Variedad
La leche materna va cambiando de consistencia y sabores a lo largo del día. La leche más grasa se produce al final de la tarde y la de la mañana contiene menos grasa. Para satisfacer las necesidades de minerales y proteínas del bebé, la leche materna va cambiando a medida que este va creciendo.
Según la alimentación de la madre la leche materna va cambiando de sabor. Así el niño es introducido en nuevos sabores. Si la madre tiene una dieta con alimentos muy variados es más fácil que el niño se acostumbre y pruebe más tarde todo tipo de alimentos de diferentes sabores.
Los sabores van guiando al bebé mientras crece y los sabores dulces que ya conoce le predisponen para tomar alimentos como algunas frutas y verduras que le aportaran energía y vitaminas que le ayudan en su desarrollo. Para conocer el mundo que le rodea el bebé se mete todo en la boca así va descubriendo distintos sabores. Hay que tener mucha precaución con lo que se lleva a la boca pues hay riesgo de que se atragante cuando los alimentos son sólidos o cosas de tamaño muy pequeño.
Como vaya haciéndose mayor el bebé ira conociendo diferentes sabores que le harán afirmar su independencia y puede rechazar sabores que antes le gustaban. Es su manera de utilizar los sabores para ir controlando su mundo e ir haciéndose independiente.
