
El trabajo de un niño es el juego, con el que se desarrollan y aprenden como funciona el mundo, aprenden que pueden hacer o no hacer a saber quien es o quien podrá ser.
Existen diferentes tipos de juegos que le ayudaran a desarrollarse y entender el mundo.
Los juegos simbólicos
Cuando es un bebé o un niño muy pequeño, los bloques son solo eso bloques. Cuando se le da más de un bloque para que forme alguna columna, puede formarla o tirarlos uno por cada lado. Alrededor de los dos añitos, comenzara hacer figuras con los bloques un coche una casa etc.
A esta edad los juguetes comienzan a convertirse en símbolos de diferentes objetos.
Cuando se representa simbólicamente unas figuras se demuestra que su cerebro empieza a ser más complejo. Esto le va a permitir a prepararse para los acontecimientos que le asustan o le rodean. Un ejemplo, cuando el pediatra le pone las vacunas a una niña, esta es sensible al llanto si ya tiene experiencia puede ponerle ella la vacuna a una muñeca y así prepararse para ese momento. Eso le permite eliminar su ansiedad si antes sabe que le van hacer.
Los juegos paralelos
Todos los niños necesitan compañeros para los juegos, juegan de diferente manera cuando son pequeñitos a cuando son mayores. Cuando se deja a dos niños de alrededor de 2 años en una habitación con juguetes que sean parecidos, parece que no se hacen mucho caso. Cuando miramos atentamente, se ve que cuando uno coge un juguete el otro le imita y coge otro juguete y si un niño dice alguna palabra el otro le imita, parece que llevan una conversación que no tiene sentido ya que cada uno habla de su juguete, coche grande el uno, el otro habla de su caballo.
Esto seria un juego paralelo. La diferencia de cuando son mayores, que se comunican y relacionan, cuando son pequeños los niños juegan en paralelo. A pesar de que parece que juegan independientemente, los niños pequeños siempre observan la conducta del otro. Este juego paralelo es el primer paso en el que establecen vínculos sociales tanto dentro como fuera de su familia. Los primeros amigos de los niños son sus compañeros de juegos paralelos.
Los juegos de imaginación
En los niños pequeños, la realidad y la fantasía es una línea muy difusa. Alrededor de los tres años los niños suelen imaginar que vuelan o que luchan contra monstruos, sin siquiera salir de su habitación. Cuando se juega con ellos se puede construir una tienda de indios con dos taburetes y una colcha para taparlas, la imaginación del niño hace que parezca real en su juego. Son muy recomendables los juegos de simulación ya que les ayuda en los acontecimientos de vida real y les da una idea de la vida desde otra perspectiva.
Los amigos imaginarios se incorporan poco después a los juegos de simulación. Los amigos imaginarios siempre pueden hacer o decir cosas que el niño no puede. El amigo imaginario puede tener, poderes extraordinarios, ser muy exigente, inteligente o maleducado. Es así como el niño experimenta el poder y ve la vida desde una perspectiva diferente, también culpa al amigo imaginario cuando el hace algo que no debiera.
Los padres suelen preocuparse cuando aparece un amigo imaginario pero no deberían hacerlo. Estudios realizados en la Universidad de Yale prueban que los niños que han tenido un amigo imaginario tienen mayor imaginación y un vocabulario más amplio que el resto de los niños de su edad, también suelen relacionarse muy bien con sus compañeros. Muchos de estos niños nunca cuentan a sus padres la existencia de ese amigo imaginario.
Los juegos de colaboración
Cuando están en edad escolar los juegos de los niños pasan de ser en solitario o en paralelo a ser juegos de colaboración. En ese momento los niños aprenden a ser sociales, compartir juegos, respetar los turnos, el lenguaje o a obedecer normas.
Compartir
Los niños aprenden a compartir con el juego, dejándoles los juguetes a los amigos y estos dejándoselos a él. Cuando lo que se comparten son caramelos es más complicado ya que no les suele gustar. Si los niños comparten los juegos con los padres le es más fácil luego compartir con los amigos.
Respetar los turnos
Los niños cuando quieren algo lo quieren de una forma inmediata. Los turnos les ayudan a ejercitar la paciencia y esperar la gratificación mientras se imagina como lo pasaran otros niños que también participan en el juego. Para esto es muy importante la etapa del juego paralelo y el compartir juegos en casa.
Cumplir las normas
Los niños siempre quieren ser los ganadores, suelen hacer lo posible para conseguirlo aunque alguno de ellos no le importa hacer trampas. A veces los padres o los hermanos les permiten hacer esas pequeñas trampas pero los compañeros de colegio o de juegos no lo harán y así van aprendiendo a tener que cumplir las normas.
Negociar
Los juegos en colaboración obliga a los niños a tener un compromiso en las cosas que quieren ¿A que jugamos? ¿Quién es el indio y quien el vaquero? Así aprende a dar y tomar a compartir, negociar, seguir las normas y jugar por turnos y dejar de ser el centro del universo. El niño habrá recorrido una buena parte del camino para aprender a desenvolverse en el colegio y más tarde en los trabajos. Jugar con los hijos le permitirá pasar momentos muy graciosos y gratificantes y a la vez conocer su desarrollo social además de su capacidad intelectual.


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